lunes, 26 de enero de 2015

Teoría curricular

Teoría curricular
Múltiples son los autores que han investigado la temática curricular, entre los que se encuentran R.. Tyler, H. Taba, F. Díaz Barriga, S. Sabat, L. Stenhouse, C. Álvarez de Zayas, F. Addine, J. García, A. Castañeda, R. Fraga, G. Ayes, L. Lazo, Jiménez Vielsa, entre muchos otros.
Se asume la concepción de Lazo (2001:4) que establece las dimensiones del currículo en 5 aspectos:
a) Teoría: abarca conceptos de currículo, enfoques, fundamentos y modelos.
b) Diseño: comprende leyes, principios, tendencias, concepción y metodología.
c) Desarrollo: integrado por diagnóstico, preparación de recursos, planificación, organización, ejecución y control.
d) Evaluación: referido a la calidad del profesional egresado, al proceso curricular y al proyecto.
e)Investigación: Para el diseño y para la evaluación del currículo.
Es necesario definir que conceptos se asumen de currículo y diseño curricular:
“El currículo es un proceso educativo integral con carácter de proceso que expresa las relaciones de interdependencia en un contexto histórico social, condición que le permite rediseñarse sistemáticamente en la medida en que se producen cambios sociales, los progresos de la ciencia y las necesidades de los estudiantes, lo que se traduce en la educación de la personalidad del ciudadano que se aspira a formar.” (García y Addine, 2001:3)
“El diseño curricular es el resultado del trabajo que da respuesta a las exigencias sociales en la formación de profesionales, constituyendo un proyecto educativo, que sirve de guía y condiciona el desarrollo del proceso. El diseño curricular se elabora a partir de las bases mediante una teoría curricular, es el puente entre la teoría curricular y la práctica. “ (Lazo y Castaño, 2001: 6)
Los problemas del currículo son múltiples y uno de ellos la integración curricular se asume los criterios de Fogarty (en Lake, 1994:3-4) que establece 10 niveles de integración:
1) Fragmentado: Las disciplinas diferentes están separadas, por lo que hay una visión clara y discreta de la misma, no hay conexión para los estudiantes; menos transferencia de aprendizaje.
2) Conectado: Dentro de una disciplina hay temas relacionados. Hay conceptos claves conectados, promueven la revisión la revisión de conceptos, la reconceptualización y asimilación de ideas dentro de una disciplina. Las disciplinas no se relacionan, el enfoque del contenido se queda dentro de la disciplina
3) Concéntrico: El contenido se concentra dentro del área de la asignatura. Se puede atender varias áreas a la vez, lo que lleva a un contenido enriquecido. Los estudiantes pueden confundirse y perder de vista el concepto principal de la actividad.
4)Secuencial: Se enseñan ideas similares en un concepto, aunque las asignaturas están separadas. Se facilita la transferencia de aprendizaje a través de áreas de contenido. Se requiere colaboración y flexibilidad, pues los profesores tiene menos autonomía en la secuencia del currículo.
5) Compartido: La planeación de grupo y/o de enseñanza que involucra dos disciplinas se enfoca en contenidos compartidos. Se logra experiencias institucionales compartidas, con dos maestros en un grupo es más fácil colaborar. Se requiere de tiempo, flexibilidad, obligación y compromiso.
6) Radial: La enseñanza es por temáticas, se usa un tema como base para relacionar varias disciplinas. Se motiva a los estudiantes y los ayuda a ver las conexiones entre las ideas. Los temas deben ser cuidadosamente seleccionados para que sea significativo, con contenidos relevantes y fuertes.
7) Concatenado o lineal. Se enlazan las habilidades de pensamiento y las sociales, las habilidades de estudio y de inteligencia múltiple. Los estudiantes conocen como están aprendiendo, lo que facilita la transferencia futura de aprendizaje. Las disciplinas permanecen separadas.
8) Integrado: las prioridades se solapan en múltiples disciplinas. Estimula a los estudiantes a ver las interconexiones e interrelaciones entre disciplinas lo que los estimula. Requiere equipos interdepartamentales con planificación y horas de clases comunes.
9) Inmersos: Los estudiantes se integran visualizando todo el aprendizaje a través de la perspectiva de una tarea de interés. La integración ocurre dentro del estudiante pero se puede estrechar el enfoque del mismo.
10) Enrejado: El estudiante dirige el proceso de integración a través de la selección de una red de expertos y recursos. Es productivo con el estudiante estimulado por nuevos contenidos. Los estudiantes pueden aprender solo superficialmente, los esfuerzos pierden efectividad.
Guerra (2001:10) establece la pertinencia de los diseños curriculares, en los que engloba los requisitos que debe cumplir un buen diseño curricular en su elaboración, ejecución, control y evaluación. Estos son: consideración de los ejes transversales y programas directores; integración de los componentes académico, laboral e investigativo; participación de profesores y alumnos en su evaluación y elaboración; correspondencia con las necesidades educativas de la enseñanza y nivel; contribución a la formación de valores ideopolíticos en los estudiantes y aseguramiento de la base material de estudio.
Entre las tendencias actuales del desarrollo de la teoría curricular están los modelos curriculares: centrado en los objetivos, centrado en la tecnología educativa, de construcción personalizada, centrado en la globalización, de investigación . acción y modelo desde un enfoque histórico – cultural. (Carballo, 2003:3)
Para organizar los currículos existe la estructura por asignatura, la estructura disciplinar, la estructura por problemas, la estructura por competencias. En la educación técnica y profesional cubana se utiliza el currículo por asignatura con mayor frecuencia. Además los modos de ejecución son lineal o modular. En el caso que ocupa es el modo lineal el de mayor frecuencia. No se puede dejar de mencionar la forma mixta donde se combina algunas de las variantes.
Independiente del modo de implementación del currículo, se debe proporcionar a los alumnos durante el desarrollo del currículo, la posibilidad de descubrir cuando y por qué es necesario utilizar el procedimiento específico, ayudarles a reflexionar sobre como adaptar los procedimientos apropiados a nuevas situaciones y favorecer en ellos, a través de un proceso sistemático y continuo, la autonomía, la reflexión y la regulación de su proceso de aprendizaje.
El currículo por problemas, comprende el planteamiento de problemas profesionales que en la medida que se solucionan por los alumnos, se va creando el conocimiento, desarrollando las habilidades y relaciones. La estructura por problemas genera una la dinámica de trabajo dentro del proceso que promueve al estudiante a ir analizando y valorando durante el enfrentamiento a los diferentes elementos de la situación problémica los proyectos que dan solución a los problemas planteados. El tiempo del plan de estudio, en este tipo de estructura, para dar solución a las situaciones problémicas no siempre se precisa de antemano como en los otros casos, a pesar de ello por la profesionalidad en unos casos y por elementos organizativos y de experiencias en otros, se suele precisar un tiempo estimado para la solución de cada problema, esto permite que el estudiante se pueda mover durante el desarrollo de los proyectos con mayor o menor ritmo, de acuerdo con sus posibilidades reales y sus particularidades, por lo que la atención individualizada con talleres y debates en colectivos, permite una apropiación mejor y mas rápida al exponerse criterios de variantes para la solución de los problemas profesionales , en muchos casos esta técnica de trabajo grupal participativa, permite que ideas aisladas fecunden en educandos desmotivados o desorientados, dando luz alas posibles soluciones.
El papel de los profesores facilitadores o guías, deben lograr una dirección del proceso pedagógico tal, que le impriman la dinámica conducente a lograr la transformación del educando, la ruptura con lo tradicional, la de recibir conocimientos preelaborados, y pasivamente, la ruptura con la dependencia, la pasividad en el proceso de enseñanza y aprendizaje, por la independencia, la seguridad, el espíritu crítico y creativo, capaz de transformarse en el profesional que se requiere.
Los criterios del vínculo con la vida, con el trabajo, la apropiación del método de la enseñanza - aprendizaje y la forja de la personalidad, son aspectos que se abordan y están presentes en las estrategias de trabajo con los estudiantes. La estructura curricular por problemas brinda las ventajas siguientes:
Promueve el movimiento activo del conocimiento, motivando al alumno a construir su proceso de aprendizaje en un contexto determinado.
Da la posibilidad de profundizar en actividades complejas que permiten una mayor preparación el educando.
Durante el proceso de solución de las situaciones problémicas concretas, se desarrollan las posibilidades de identificación y de interrelacionar conceptos, métodos, habilidades, valores y hábitos inherentes al proceso de aprendizaje de forma independiente y constructiva.
Adquiere conciencia del proceso por ser el su constructor, desde un punto de vista profesional y social. Favorece la autonomía de los educandos.
Dentro de las desventajas que se le señala a este tipo de organización estructural es que al centrarse la actividad en la solución de problemas, si no se orienta el proceso adecuadamente, se puede afectar la preparación cultural del educando minimizando aspectos que redundarían en su formación integral.
Diseño curricular por competencias laborales
La aplicación de la formación por competencias laborales comienza en 1973 se instrumenta en una escuela de enfermería de nivel medio en Milwakee, Estados Unidos. En 1984 se aplica en un colegio de enseñanza general de Canadá y se instrumenta en Escocia, Gran Bretaña (nivel obrero). Estas experiencias tienen un marcado carácter conductista y son rechazadas por algunos investigadores en materia educacional. En 1986 comenzó en el nivel medio profesional en Québec, Canadá, con buenos resultados, a partir de las condiciones materiales que tienen los colegios profesionales (CEGEP) que permiten la utilización de simuladores, medios de enseñanza, computadoras, etc. En 1988 se aplica en el nivel de técnico medio en Escocia, Reino Unido. En 1993 se aplica de forma general en la formación básica y preuniversitaria de Québec, Canadá. Estas últimas experiencias tienen resultados satisfactorios, aunque basadas en el constructivismo.
En la actualidad la formación por competencias laborales se aplica en numerosos países, entre ellos están: México, España, Argentina, Canadá, Francia, Alemania, Australia, Gran Bretaña, Brasil, Chile y otros de América Latina.
A continuación se analiza qué es la formación por competencias laborales.
“La formación por competencias laborales puede ser entendida como un proceso abierto y flexible de desarrollo de competencias laborales que, con base en las competencias identificadas, ofrece diseños curriculares, procesos de enseñanza - aprendizajes, materiales didácticos y actividades y prácticas laborales a fin de desarrollar en los participantes, capacidades para integrarse en la sociedad como ciudadanos y trabajadores.” (Irigoín y Vargas, 2003:67)
Esta definición tiene como aspecto negativo identificar competencias como capacidades. Como elemento positivo que reconoce el carácter flexible de los diseños curriculares para desarrollar la formación por competencias laborales.
Se puede concebir la formación por competencias laborales como un proceso en el que los resultados esperados son las competencias laborales y los objetivos de aprendizaje, las metas a lograr por medio de las actividades a desarrollar durante el proceso de educación técnica y profesional. El contenido, los medios de enseñanza y las formas de organización de la clase se estructuran en función de la competencia a formar. La evaluación y sus indicadores se especifican anticipadamente por escrito. Además, estos elementos están estrechamente relacionados con un proceso de educación técnica y profesional, pero necesita que durante la formación se desarrollen los procesos motivacionales y metacognitivos del estudiante, y por supuesto sus cualidades para formar un sujeto productivo y transformador de la sociedad.
Es necesario, entonces, definir qué se entiende por formación por competencias laborales: La formación por competencias laborales es el proceso de educación técnica y profesional, que se estructura de manera que contribuye a proporcionar conocimientos, habilidades, hábitos, procedimientos, valores, actitudes, motivos, componentes metacognitivos y cualidades de la personalidad donde el individuo alcance un desarrollo del pensamiento y formaciones psicológicas más amplias y profundas que traen como resultado un desempeño efectivo de su labor y que queda organizado en un diseño curricular por competencias laborales.
Un diseño por competencias laborales es aquel diseño, que se estructura didácticamente respetando lo que un individuo necesita saber, hacer y ser, según las exigencias de la profesión para la que se está formando, potenciando su preparación para la vida.
Por lo que un diseño curricular por competencias laborales debe tener en cuenta los siguientes elementos: Considerar la perspectiva humanista martiana en la educación intelectual; sociopolítica y para el trabajo. La formación y desarrollo de una cultura general integral. Valorar los recursos humanos no solo como un portadores de conocimientos y habilidades, sino ante todo como seres humanos.
La integración plena del trabajador en la sociedad. Las necesidades y exigencias socioeconómicas del país y las específicas del puesto de trabajo y de la profesión.
Desarrollar en la formación más procedimientos y actitudes y potenciar el conocimiento, el autoconocimiento, el desarrollo de intereses, motivaciones y de recursos personológicos.
Una mayor integración escuela – entidad productiva – sociedad. Con un diseño curricular por competencias laborales no se forma un “super-técnico” , pero sí se puede formar un persona más integral, mejor preparada para la vida porque en el proceso de formación por competencias laborales, se demanda que haya una conjugación entre los conocimientos, las habilidades, los procedimientos, los motivos, los componentes metacognitivos, los valores, las cualidades de la personalidad y las actitudes que el individuo debe poseer para enfrentar su vida futura y nunca como una infalible herramienta de producir y de competir.
Como otros tipos de diseños curriculares, un diseño curricular por competencias laborales se caracteriza por poseer principios para su estructuración. Estos principios según Robitaille y Daigle, (1999) son:
1.Los programas de formación se organizan y estructuran a partir de competencias a formar y/o desarrollar.
2.Las competencias varían en función del contexto en el que se aplican.
3.Las competencias se describen en términos de resultados y normas.
4.Los representantes del mundo del trabajo participan en el proceso de diseño, durante el desarrollo y en la evaluación curricular.
5.Las competencias se evalúan a partir de los componentes que la integran.
6.La formación tiene un alto contenido práctico experimental.
Estos principios se explican, según el criterio del investigador de la siguiente forma:
1. Los programas de formación se organizan y estructuran a partir de competencias a formar y/o desarrollar. Es uno de los principios más importantes. Se considera el logro de competencias laborales como el objetivo principal de la formación. Se trata de un cambio de perspectiva en comparación con los modos de enfocar tradicionalmente los programas, que tenían la tendencia a considerar el campo disciplinario como el principio organizador de la formación. Sustituyendo el diseño disciplinario por el de competencias, se potencia la necesidad de poner en primer plano la aplicación de conocimientos y habilidades, así como el desarrollo de los componentes metacognitivos, motivacionales, valores y cualidades de la personalidad.
2. Las competencias varían en función del contexto en el que se aplican.
Este principio se deriva del principio anterior. Se torna necesario precisar lo que debe realizarse y esto evidentemente depende del contexto en el cual se aplican y llama a la formación profesional y a la formación general. En el contexto de la formación general, la principal referencia para definir las competencias a adquirir en el programa de formación, es la función de trabajo. Esta puede referirse a un oficio, a una técnica o a una profesión, o englobar las funciones de trabajo de la misma naturaleza. Las competencias laborales se derivan a partir de tareas específicas de una función de trabajo y del contexto en que ella se desempeña. Resulta, en consecuencia, un programa de formación específica por función de trabajo.
3. Las competencias se describen en términos de resultados y normas.
Es necesario definir, lo más exactamente posible, cada una de las competencias de un programa, de manera que queden bien delimitadas. Por ello para cada competencia debe establecerse: los resultados asociados a la demostración de la competencia, los criterios de evaluación que van a permitir medir el éxito de la formación y el medio en el cual se desarrollará la evaluación. Es necesario cumplir con una serie de indicaciones que garanticen el desarrollo de la personalidad del sujeto, para lo cual hay que tener presente no solo el componente cognitivo, sino también, los componentes motivacionales, metacognitivos y las cualidades de la personalidad que deben formar parte de la descripción de la competencia.
4. Los representantes del mundo del trabajo participan en el proceso de diseño, durante el desarrollo y en la evaluación curricular.
Las competencias laborales definen las necesidades de formación, por lo que las personas relacionadas con los sectores industriales o de servicios, deben poder intervenir en el proceso de elaboración de los programas, así como durante la formación y la evaluación de la competencia. Esta participación se solicita en el momento de la identificación, la descripción y la evaluación de las competencias. La determinación de las competencias se realiza mediante el Análisis de la Situación de Trabajo. (AST). Para el caso de la industria farmacéutica cubana hay que tener presentes a los representantes de las distintas industrias, así como a los centros de desarrollo de medicamentos, pues contar con industrias avanzadas como Medicamentos Sólidos (MEDSOL) en La Lisa e industrias algo artesanales como la empresa “Saúl Delgado” permitirá encontrar un balance para la caracterización de la profesión y las perspectivas de la formación de los técnicos de la rama farmacéutica.
En Cuba la relación teoría – práctica se concreta de manera muy sólida mediante la relación estudio – trabajo donde se establece un sistema de influencias educativas que en este caso actúan en función de la formación de las competencias laborales.
5. Las competencias se evalúan a partir de los componentes que la integran
Evaluar las competencias es primero y ante todo, evaluar el salto cualitativo de los sujetos en el marco de la realización de la actividad de carácter profesional, la demostración de las cualidades de los sujetos, los otros componentes de la competencia laboral y cumplir las funciones técnicas, más que conocer la situación de los conocimientos de los estudiantes. Este principio tiene un impacto sobre los medios de evaluación, privilegiando todas las formas de control, que van a permitir al estudiante demostrar lo que realiza de forma independiente y como es, hace, actúa. Los resultados asociados a la demostración de una competencia se evalúan a partir de criterios que se establecen por el mundo del trabajo, los profesores y los estudiantes. Este principio implica finalmente que un centro de formación por competencias, tiene que establecer vínculos muy estrechos con los organismos empleadores con el objetivo de recibir la información que le permita actualizar o desarrollar nuevas competencias. La evaluación de los programas de formación se hace de acuerdo con el medio al cual se sirve. Es necesario que el estudiante se autoevalúe, participe de forma activa en su proceso de evaluación, que reflexione sobre sus debilidades y fortalezas ante de enfrentar la evaluación final y/o parcial de la competencia. Es imprescindible que el alumno conozca los criterios de evaluación y participe conjuntamente con los evaluadores en su determinación.
Se asume los criterios de Chirino (2002:85) respecto a la evaluación. “Deben quedar atrás los exámenes fríos (...) para ser actividades científico - productivas de carácter profesional.” Se exige la participación de los estudiantes en la evaluación, para eso se tiene presente los criterios e indicadores de la autora: (Chirino, 2002:85-86) y se realizan algunas adecuaciones al contexto laboral en el que se evalúan las competencias.
6.La formación tiene un alto contenido práctico experimental.
Dado que las competencias se refieren a situaciones reales, los profesores tienen que reproducir las mismas lo más posible, o poner al alumno directamente en contacto con la realidad en la producción o los servicios. Esto significa lograr la unidad teoría – práctica, la unidad docencia – producción, todo ello en el vínculo del estudio y el trabajo.
Es por ello que toda la organización pedagógica relacionada con las actividades de enseñanza y aprendizaje, están definidas en función de la formación de competencias laborales. De ahí, la importancia vital de la colaboración de la industria al proceso de educación técnica y profesional. El principio martiano de vinculación estudio - trabajo crea magníficas condiciones para este tipo de formación. En la formación del técnico en farmacia industrial, las modalidades de prácticas de producción, prácticas preprofesionales, prácticas tecnológicas contribuyen al desarrollo de este principio, no obstante, debe estructurarse más tiempo de permanencia del estudiante en la empresa, por ejemplo, las competencias específicas de elaborar medicamentos y operar equipos deben desarrollarse directamente en las diferentes industrias garantizando la rotación de los estudiantes por todos los puestos de trabajo para que puedan ejecutar las tareas inherentes a la profesión y contribuir a su desarrollo multifacético desde el mismo inicio de la formación.
El diseño curricular por competencias laborales se caracteriza por propiciar un aprendizaje más cercano a la vida real, que no se opone al diseño por objetivos, y determina la estrategia pedagógica de seguir situando al estudiante en el centro del proceso de educación técnica y profesional. También se caracteriza por la integración y la obligación de entregar resultados según normas establecidas con la colaboración del ámbito laboral.
Según Popa (2003) son exigencias del diseño curricular por competencias laborales, que se asume: Orientación y apoyo del Ministerio de Educación Participación del sector productivo Planificación y organización de recursos humanos y materiales Motivación y concertación entre profesores Cambios de comportamientos y adaptación de los profesores Preparación de los estudiantes ante la formación por competencias laborales
Transformar el proceso de educación técnica y profesional, que sitúe al estudiante en el núcleo del mismo, promover la resolución de problemas, potenciar el empleo de métodos productivos de enseñanza-aprendizaje y formas organizativas que permitan desplegar todas las potencialidades de los alumnos, que desarrolle la independencia cognoscitiva del estudiante y la búsqueda científica, lograr que el alumno sea responsable de su propio aprendizaje. Recalificar al profesorado para que logre desarrollar en los estudiantes competencias que él previamente debe adquirir. Transformar los diferentes tipos de prácticas que los estudiantes realizan en la producción o los servicios, de modo que incremente cualitativamente su papel, para la formación de competencias, que sólo es posible adquirir en ese ámbito. Desarrollar un trabajo profundo para la determinación y perfeccionamiento de las habilidades y capacidades rectoras de la especialidad. Lograr que la evaluación cumpla una función esencial en la formación por competencias laborales: la evaluación para la autoevaluación.
Elaboración del diseño curricular por competencias laborales
Para elaborar un diseño curricular por competencias laborales se hace necesario:
a) Determinar competencias laborales Además de las caracterizaciones de la industria o sector productivo, de la especialidad y de la institución, después que se realice el análisis de la situación de trabajo se debe tener: la definición del profesional; las tareas y funciones que realiza; el proceso de trabajo en que se desempeña; las operaciones y suboperaciones que realiza; las habilidades, conocimientos y hábitos a adquirir; las cualidades de la personalidad, actitudes, valores que debe desarrollar; los equipos a manejar; las condiciones en la industria, los requisitos para ejercer las funciones de la especialidad y el modo de ejecución de las tareas.
b) Descripción de la competencia laboral desde el punto de vista del diseño curricular Cada competencia se describe en términos de objetivo y de norma, a esto se nombra plan marco o descriptor de la competencia. El objetivo tiene dos componentes: enunciado de competencia y elementos de competencia. (Robitaille y Daigle, 1999) En el capítulo 3 se describe cada competencia.
El enunciado de competencia se expresa con un verbo de acción y un complemento directo. Es necesario señalar que sólo el verbo de acción no marca la diferencia. Los elementos de competencia son etapas o resultados ligados a la demostración de la competencia. La norma tiene dos componentes: el contexto de realización de la competencia y los criterios de desempeño por cada elemento. El contexto de realización determina lo que necesita el estudiante o lo que puede utilizar al momento de demostrar la competencia. Los criterios de desempeño determinan las exigencias que tiene que cumplir el estudiante para alcanzar los resultados esperados en términos de logros cognitivos, metacognitivos, motivacionales y de cualidades personales.
c) Elaboración del plan de curso o programa de la competencia (Robitaille y Daigle, 1999)
El modelo propuesto tiene cuatro partes y cada una tiene informaciones que se completan. La primera parte tiene todas las informaciones que permitirán sacar una visión global de la formación dentro de ese curso. La segunda parte describe las etapas de la formación. Cada etapa es en realidad una secuencia de aprendizaje y por eso es la parte más importante del plan de curso. La tercera parte presenta el procedimiento de la evaluación y la última presenta la bibliografía.
La formación por competencias laborales y su diseño tienen su fundamento pedagógico en la Pedagogía de la Educación Técnica y Profesional (Abreu, 2004) donde se logre una educación desarrolladora que considera al hombre como un sujeto productivo y protagonista del proceso. Los componentes personales del proceso son el alumno, el profesor, instructor de la empresa y el grupo de estudiantes. El profesor debe ser mediador del proceso de educación técnica y profesional, en tanto cree situaciones de enseñanza y aprendizaje que pongan al estudiante en una posición crítica, reflexiva, participativa, productiva, donde tenga un papel protagónico, que reflexione, que analice cómo aprende, qué le falta, cómo es como persona. El contenido se determina sobre la base de las competencias laborales y en función de las condiciones de la escuela. Los métodos de enseñanza, los medios y las formas organizativas que se apliquen deben estar en función de una enseñanza y aprendizaje desarrolladores que permitan la formación del sujeto protagonista y productivo al que se aspira.
Otro fundamento pedagógico importante está en el principio estudio – trabajo. Como se explicó anteriormente.
La formación del profesional por competencias laborales que se necesita en las condiciones cubanas encuentra su fundamento psicológico en la psicología materialista dialéctica con su enfoque histórico cultural. Creada por el psicólogo ruso L.S.Vigotsky y desarrollada posteriormente por muchos seguidores, como por ejemplo A. Luria, A. N. Leontiev, P. Ya. Galperin; N. Talizina y otros, la teoría histórico-cultural expresa la interrelación sujeto-objeto a partir de una relación de interacción y de transformación recíproca iniciada por la actividad mediada del sujeto. Se produce una relación interaccionista dialéctica. “El aprendizaje no existe al margen de las relaciones sociales; no ocurre fuera de los límites de la zona de desarrollo próximo y el aprendizaje y la educación preceden al desarrollo.” (Morenza en Cejas, 1998:16)
También se tiene en cuenta que el profesor es el mediador entre el alumno y las competencias, le permite que “se trabaje con el alumno para poder ver su potencial de saber; propone que las actividades realizadas en el aula, laboratorio, o empresa se realicen en grupo y de manera individual”. (Siqueira en Cejas, 1998: 16) El papel del alumno debe ser protagónico, que pueda tomar decisiones, que se autoprepare correctamente para todas las actividades y que pueda participar en las cuestiones importantes del proceso de formación, por lo que se crearán espacios de reflexión y discusión de cómo el estudiante va desarrollando sus competencias, de que estrategias de aprendizaje debe desarrollar, cómo son sus métodos de estudio, cómo y cuánto ha crecido como persona.
Diseño curricular modular
Para estructurar el diseño curricular por competencias laborales se necesita lograr integración entre los componentes de las competencias laborales, por lo que el diseño modular es una posibilidad para lograr este proceso y es el que se asume en este artículo.
Se define el concepto de módulo desde dos perspectivas:
Desde el punto de vista del diseño curricular, un módulo es la unidad que posibilita organizar los objetivos, los contenidos, las actividades referentes a un problema de la práctica profesional y de las cualidades que se pretenden desarrollar, las que se infieren sobre la base de los elementos de competencia. Es una de las unidades que constituyen la estructura curricular. Tiene relativa autonomía y se relaciona con los elementos de competencia.
Desde el punto de vista del proceso de educación técnica y profesional, el módulo constituye una integración de contenidos*, actividades y cualidades relativos a un "saber hacer reflexivo" que se aprende a partir de una situación problémica derivada de la práctica profesional. De esta manera, el módulo se considera como la forma más adecuada de responder, desde la perspectiva de la formación, a una definición de competencia que integra los componentes cognitivos, motivacionales, metacognitivos y cualidades de la personalidad. Tiene por objeto la integración de objetivos, contenidos, métodos, medios, formas organizativas y evaluación en torno a situaciones creadas a partir de problemas de la práctica profesional.
Un módulo, a diferencia de una forma de organización curricular tradicional, propone un recorrido, un guión, un argumento a desarrollar configurado por las problemáticas del campo profesional que se van trabajando y en torno a las cuales se articulan los contenidos. Ellos convergen porque son convocados por la situación problemática derivada de la práctica profesional. No se trata de una yuxtaposición o una acumulación de contenidos provenientes de diferentes fuentes sino de una estructuración en torno a una situación que, vinculada a un problema, posibilita la selección de los contenidos necesarios para desarrollar las competencias que permitirán su resolución.



DISEÑO Y DESARROLLO DEL CURRÍCULO Tomado de Teoría y diseño curricular: Martha Casarini Ratto

DISEÑO Y DESARROLLO DEL CURRÍCULO
Tomado de Teoría y diseño curricular: Martha Casarini Ratto
Diseño y desarrollo
El proyecto curricular concebido se plasma en un diseño; el término diseño del curriculum
se reserva, entonces para el proyecto que recoge tanto las intenciones o finalidades más
generales como el plan de estudios. Además, la palabra diseño alude a boceto,
esquema, plano, etc., es decir, a' una representación de ideas, acciones, objetos, de modo
tal que dicha representación opere como guía orientadora a la hora de llevar el proyecto
curricular a la practica.
Por otra parte, el desarrollo del currículum hace referencia a la puesta en práctica del proyecto
curricular: la aplicación del currículum sirve para retroalimentar, rectificar, ratificar, etc., y de
ésta manera, ajustar progresivamente el curri culum formal al curriculum real, pero tratando, al
mismo tiempo, de tender al logro del curriculum formal a medida que el diseño se ajusta y
modifica. En lo anterior observamos la naturaleza dialéctica del curriculum, pues se percibe "la
tensión equilibrio/desequilibrio" ' existente entre esas dos dimensiones del currículum (el formal
y el real).
Ahora bien, el diseño curricular es uno de los aspectos de la realidad curricular, pero ésta no
se da con independencia del plan (c. formal), sino que, delimitada por el complejo ámbito de la
institución donde nace, su desarrollo se da en buena medida con referencia a dicho plan, ya
sea complementándolo, rebasándolo, oponiéndose o negándolo. Esto último es un punto de
análisis especial, pues la implantación del curriculum es asunto de política educativa y dentro
de esta posición caen la toma de decisiones, los procedimientos para hacerlo y los
encargados de tal tarea. Para enriquecer el concepto de diseño, presentamos una delimitación
del campo de acción de dicho diseño propuesta por Pérez Gómez (1992, p. 226): "La
actividad y profesión de diseño vienen a situarse en un espacio intermedio entre el mundo de
las intenciones, idea y conocimientos y el de las actividades prácticas."
Por otra parte, la visión del diseño y desarrollo supone una manera de observar y pensar
la práctica del curriculum y también un modo de realizarla, es decir, el decidi r una forma
de estructurarlo conlleva una manera de abordar la práctica cu rricular. De allí que la
visión que se tenga tanto del diseño como de su, desarrollo, configure en gran medida la
práctica del trabajo docente. Es necesario señalar que una concep ción fragmentada del
diseño y desarrollo del curriculum —asumirlos como dos aspectos separados— limita a
uno y a otro; en la medida en que no se descuide, su interde pendencia, tienen mayor
posibilidad de crecimiento.
Ahora bien, la superioridad de un modelo de diseño sobre otro reside en determinar si
contribuye a hacernos pensar en la diversidad de aspectos que hay que tomar en cuenta
a la hora de diseñar un cuirrículum, es decir, en las finalidades, condiciones y
situaciones concretas de éste. La as everación anterior nos previene acerca de modelos
de diseño atractivos por la sencillez de su propuesta metodológica, sin embargo, un
curriculum no es un producto de alta calidad sólo porque el modelo de diseño que se
propone para su elaboración presenta p asos claros y sencillos. Por el contrario, lo que
ocurre con esos modelos es que a poco de andar los diseñadores caen en la cuenta de
que esos "pasos" no operan mágicamente y que de sus lineamientos" no emana la luz
que "ilumina" la tarea de diseño; en otr as palabras, no son modelos útiles.
Entonces, ¿se puede hablar de. utilidad del diseño? Al respecto co menta Pérez Gómez
(1992, p. 231):' "La utilidad del diseño está en ayu darnos a disponer de un esquema que
represente un modelo de cómo puede funcionar la realidad, antes que ser una previsión
precisa de pasos que dar." Asimismo, se debe .contar con bases fundamentadas (ver
capítulo 2) que nos permitan establecer intenciones, condiciones y alternativas y de allí
derivar recomendaciones para pensar, por último, en pasos que representarán los
resultados deseados. Primero, habrá que contar con intenciones o finalidades y luego
habrá que pensar en técnicas para diseñar .
La reflexión sobre lo anterior nos conduce a señalar la importancia de comprender el
diseño como una racionalidad que se crea para orga nizar el proceso educativo y en la
cual, además, la asepsia no existe. Por lo anterior se puede afirmar que dicha
racionalidad no es neutral. Un ejercicio interesante, aquí sería aprender a "leer" distintos
tipos de modelos curriculares y detectara sus bases epistemológicas, ideológicas y
filosófico-sociales, es decir averiguar sobre qué visión del mundo se apoyan. También
puede ser un ejercicio estimulante leer distintos concepto s de currículum pertenecientes
a diferentes autores y deducir qué incorporarían a un diseño dichos autores ante el caso
de tener que elaborar un currículum.
Como se puede apreciar, cuanto más se analice el concepto de diseño, más difícil,
ecléctica y poco concreta se observa la tarea de su elaboración: ¿Significa esto que
debemos considerar dicha tarea como "imposible"? No necesariamente; en la medida que
se acepte su dificultad inherente y no se pretenda, de entrada, simplifica la tarea con la
fantasía de que “lo simple" es lo correcto y manejable —devaluando las dificultades por
considerarlas incómodas— , se advertirá la posibilidad de realización y efectividad de la
tarea.
Para concluir este punto citamos a Stenhouse (1991,.p. 30), puesto que algunas de sus
ideas aportan ciertas "pistas"' para entender de manera global la tarea de diseño:
Como mínimo, un currículo ha de propor cionar una base para planificar un cur so, estudiarlo
empíricamente y considerar los motivos de su justificación. . Es necesari o que ofrezca lo siguiente:
a) En cuanto a proyecto:
1. Principios para la selección de, contenido: qué es lo que debe aprenderse y enseñarse.
2. Principios para el desarrollo de una estrategia de enseñanza: cómo debe aprenderse y
enseñarse.
3. Principios acerca de la adopción de decisiones relativas a la secuencia.
4. Principios a base de los cuales diagnosticar los puntos fuertes y los débiles de los
estudiantes individualmente considerados y diferenciar los principios ge nerales 1, 2 y 3
antes señalados, a fin de ajustarse a los casos individuales.
b) En cuanto a estudio empírico:
1.Principios a base de los cuales estudiar y evaluar el progreso de los estudiantes.
2.Principios a base de los cuales estudiar y evaluar el progreso de los profesores.
3. Orientación en cuanto a la posibilidad de llevar a cabo el currículo en diferentes
situaciones escolares, contextos relativos a alumnos, medios ambientes y situaciones de
grupo entre los alumnos.
4. Información de la variabilidad de efectos en diferentes contextos y sobre diversos alumnos
y comprender las causas de la variación.
c) En relación con justificación:
Una formulación de la intención o la finalidad del currículo que sea susceptible d e examen
crítico.
A lo anterior, Stenhouse agrega que es evidente que ni los curriculos tradicionales ni los
innovadores resisten un examen detenido a partir de los criterios mencionados. En la
práctica —señala el autor— la educación no es ni muy sofisticada ni muy eficiente. Por
otra parte, se puede apreciar que su propuesta es lo suficientemente abierta como para
que cualquiera pueda utilizar las ideas enunciadas en la elabo ración del diseño e
incorporar otras si fuera necesario. Además, a me dida que se profundice en el
conocimiento de la tarea de diseño y de su aplicación se comprenderá por qué
Stenhouse prefiere hablar de principios y por qué los tres ejes que él propone son el
diseño del curriculum, la investigación empí rica del mismo y sus finalidades.
Modelos de diseño curricular
Como hemos visto, un modelo de diseño es una representación de ideas, acciones y
objetos, de modo tal que dicha representación sirva como -guía a la hora de llevar el proyecto
curricular a la práctica; Un modelo de diseño depende del ob jeto sobre el cual se
elabora, así que existen diversos modelos, más o menos prácticos, más o menos teóricos;
por ejemplo, no es lo mismo trabajar en el marco de la física teórica que sobre la
construcción de unidades habitacionales; por ello, los modelos de diseño para la enseñanza
de la física y de la arquitectura difieren entre sí.
¿Por qué se elaboran modelos de diseño curricular? Los diseñadores experimentan una
necesidad de contar con algún andamiaje inte lectual para proceder a la tarea del diseño;
una especie de constructo previo (creado por el diseñador o adaptado de otro autor,
escuela, teoría, etc.) donde incorporar to dos aquellos aspectos considerados pertinentes
desde la particular concepción del currículum que se posea; una especie d e guía de sus
reflexiones para la planeación.
Cabe señalar que aunque parezca paradójico a primera vista, dado el carácter orientador
que se le confiere, la utilidad de un modelo de diseño no radica tanto en su naturaleza
prescriptiva como en su carácter provocador: ¿Qué se espera que provoque?
Esencialmente, la reflexión anticipada sobre la prác tica de la enseñanza, pues sin esto,
cualquier modelo de diseño está acabado aun antes de su desarrollo. Por otra parte, con
la finalidad de incorporarlas, el di seño debe motivar un análisis de las variables del
contexto, es decir, los diseñadores deben tener en cuenta dónde se va a aplicar —en qué
condiciones reales y/o potenciales—, a fin de atisbar el futuro a mediano plazo (en lo
posible); en este punto, debemos mencionar que lo deseable es que aquéllos no se
queden atrapados por dichas condiciones, sobre todo cuando sean restrictivas o difíciles.
El modelo de diseño debe también estimular de gran ma nera la reflexión sobre los
conocimientos y modalidades de los contenidos por aprender y enseñar en un formato
curricular, así como sobre el tipo de organización curricular de dichos contenidos. Por
último en mención pero no en importancia, el modelo de diseño debe propiciar consi -
deraciones sobre las característ icas de los aprendices y del aprendizaje mismo.
En síntesis, la utilidad de un di seño reside en su capacidad para provocar la reflexión
sobre la práctica, sobre las condiciones contextúales en que se realiza, so bre la
naturaleza de los contenidos que incorpora y respecto a quiénes va dirigido. A fin de que
se visualice la diversidad de abordajes —dependiente de la concepción del curriculum de
su(s) autor(es)—, se expondrán a continuación algunos modelos de diseño existentes.
Modelo por objetivos conductuales.
Estamos ante el modelo clásico basado en objetivos: el modelo por objetivos
conductuales. La paternidad de este modelo se atribuye a Bobbitt con la publicación de
The Curriculum (1918) y de How to make a curriculum (1924). La preocupación por los
resultados de la enseñanza impulso la idea de establecer obje tivos, es decir, como ya se
ha visto, pensar la educación como un medio para obtener fines.
Alrededor de 1949-1950 (enEUA), R. Tyler presenta la propuesta más completa dentro de
este modelo. Coherente con su posición, Tyler define un objetivo como un enunciado que
ilustra o describe la clase de comportamiento que se espera logre el estudiante de modo
tal que cuando el comportamiento sea observado, pueda ser reconocido. El intento del
autor es elaborar una propuesta de diseño que presente un conjunto de decisiones
jerarquizadas que vayan desde la determinación de las necesidades a las que sirve la
enseñanza hasta la realización práctica de ésta, es decir, formular un esquema universal
para transitar de las intenciones a la prác tica, para lo cual el autor aborda cuatro
problemas:
1. La discusión en torno a los fines que desea alcanzar la escuela.
Este debate se basa en el análisis de tres aspectos:
a) El alumno: sus necesidades, vida familiar, vida en comunidad y en la sociedad más
amplia que opera como contexto, el mundo profesional, etc. También por supuesto, toma
en cuenta normas aceptables de comportamiento de dicha sociedad y de que de alguna
manera determinan al sujeto. En este aspecto es interesante el, comentario de Remedi
(1988/pp. 144-145):
El reconocimiento del sujeto se hace desde la norma deseable. En este sentido es
considerarlo en la falta, observar cuál es la distancia del ser al deber ser. Tyler lo enfatiza
del siguiente modo: "la observación los educandos indica metas edu cativas sólo si se
comparan los datos obtenidos con niveles deseable o con normas admisibles que
permitan establecer la" diferencia que existe entre la condición actual del alumno y lo
aceptable".
Es esta distancia entre el dato y norma la que recibe el nombre necesidad, es decir, lo
que hay que hacer, agregar, y lo que en defi nitiva aparece como preocupación central del
curriculum.
En este plano la búsqueda continua es la del sujeto "en equilibrio”, cubriendo el
desequilibrio que genera la necesidad con satisfacción (físicas o sociales) que conduzca n
a conductas socialmente aceptable”.
b) La vida exterior a la escuela: herencia cultural, modalidades de la vida adulta en
esa cultura, etcétera.
c) El contenido de las materias de estudio.
2. La selección de las experiencias educativas. Se opta por las experiencias educativas
que con mayor probabilidad pueden llevar a la consecución de esos fines.
3. La organización de las experiencias educativas. Las actividades y experiencias, para
que sean eficaces y coherentes con el programa general, tienen que ordenar se en
unidades, cursos y programas. Para lograr esto es necesario, según el autor, otorgarle un
orden a estos elementos.
4. La comprobación del logro de los objetivos propuestos. Se refiere a la evaluación de
resultados, es decir, en qué medida el cu rriculum y la enseñanza satisfacen los objetivos
formulados.
Los cuatro aspectos mencionados se esta blecen como pasos ordenados. Para Tyler,
todos los aspectos dependen de la formulación clara de los objetivos; desde esta
perspectiva, diseñar sería partir de la especificación de dichos objetivos Al respecto,
Pérez Gómez (1992 ; p. 259) señala: "El mode lo tyleriano ; sirve como marco a
aplicaciones y : desarrollo exagerados por el conductismo, de acuerdo con las tendencias
determinantes en la psicología que enlaza con los contenidos de la tecnología los
procesos instructivos, como fue la experiencia de la enseñanza programada."
Hilda Taba (1962, p. 26), quien ha realizado grandes contribuciones ; en el campo del
curriculum, también alude a un orden en la adopción de las decisiones y en la manera
de tomarlas: .
Este libro se basa en la suposición de : que ese orden existe y de que, respetándolo, se obtendrá
un curriculum más conscientemente planeado o más dinámicamente concebido. Este orden,
podría ser:
Paso 1: Diagnóstico de las necesidades
Paso 2: Formulación de objetivos
Paso 3: Selección del contenido
Paso 4: Organización del contenido
Paso 5: Selección de las actividades j de aprendizaje
Paso 6: Determinación de lo que se va a evaluar, y de las maneras y medios para hacerlo.
El esquema de pensamiento que sostenía al modelo por objetivos se tambaleó en EUAdada
la crisis que a nivel educativo supuso el lanzamiento del Sputnik por la URSS
(1957);. A partir de ese momento, en la; realización del currículum se puso más énfasis en
la estructura del conocimiento, es decir, se le otorgó más valor de aprendizaje a las
disciplinas académicas. Más adelante (1973); Tyler matizó su propuesta original,
introduciendo cambios respecto al perfil excesivamente prescriptivo de su propuesta.
Dentro de éste mismo paradigma curricular, Hilda Taba elaboró otro modelo de diseñó:—
con una amplia repercusión en los años 70 en México y en Latinoamérica — qué si bien se
apoya en Tyler, introduce importantes matices respectó al esquema demasiado formal de
ese autor. Taba (1962, pp. 50-51) pretende discutir aspectos y alternativas que es preciso
enfrentar a la hora de elaborar el curriculum:
Pero, semántica a un lado, estas diferencias en los criterios sobre la función de la educación no
son argumentos ociosos o teóricos. Ellos tienen relevancia definida y c oncreta con respecto a
la,confección de los programas educativos y, en especial, del currículo. Determinan las
definiciones de las necesidades que han de ser satisfechas; clarifican la controversia sobre las
prácticas como el estudio de los problemas contemporáneos o el de la historia antigua y universal.
También brindan la base teórica para decidir sobre si la literatura clásica o la moderna deben
predominar en el programa de lectura en la escuela secundaria. Asimismo, son importantes
también respecto del problema total de la orientación y función en el currículo, y de las cuestiones
de individualización del contenido del currículo y los métodos de enseñanza. Si se piensa que la
función principal de la educación es trasmitirlas "verdades perennes", no podemos menos que
inclinarnos hacia un currículo y una enseñanza uniformes. Los esfuerzos por desarrollar la facultad
de pensar serán diferentes según si se considera que la función principal de la educación es
fomentar l pensamiento creativo y la solución de problemas o seguir las "racionales" del
pensamiento establecidas por nuestra tradic ión clásica. Diferencias tales en estos conceptos
determinan aquello que será considerado como "elemento esencial" o "superfluo" en la educación.
Como señala Stenhouse, Taba ' ofrece la mejor exposición de la relación existente de
aquellos principios con el estudio de la educación y con la práctica del desarrollo de
curriculum.
Dada la polémica que el modelo por objetivos conductuales ha suscitado en las últimas
décadas, es preciso un análisis de éste a fin de ponderar sus puntos fuertes y dé biles en
función de: las finalidades educativas que se persiguen, las características
institucionales, y la participación de los maestros dentro de la organización
administrativo-académica del curriculum., Dicho análisis, que presentamos siguiendo a
Stenhouse, nos permitirá ponderar algunos de los pros y contras del modelo:
 A veces los objetivos generales ofrecen un panorama claro, mientras que los
formulados con precisión expresan metas superficiales y poco significativas.
 Resulta antidemocrático planear de antemano cuál ha de ser la conducta del
alumno luego de un proceso de enseñanza -aprendizaje.
 En ciertas áreas del conocimiento resulta poco pertinente formular objetivos que
pueden traducirse en comportamientos mensurables.
 Al revisar el desarrollo de un curso, son muchas veces los resultados no
anticipados los que se imponen como realmente genuinos; sin embargo, los
objetivos fijados previamente pueden determinar que el maestro no preste
atención a lo ] impredecible.
Las objeciones al modelo por objetivos, de las cuales sólo hemos presentado algunas, le
permiten a Stenhouse presentar su posición sobre las funciones de la escuela, es decir,
sobre cuáles pueden ser las finalidades de l aprendizaje que persigue la institución
"escolar. Este autor distingue cuatro finalidades: entrenamiento, instrucción, iniciación e
inducción, y señala que el entrenamiento y la instrucción son : finalidades educativas que
pueden ser muy bien alcanzadas a través de un modelo por objetivos, y que ; las
restantes (iniciación, inducción o educación) ameritan otro tipo de modelo. Stenhouse
(1987, p. 124), hace un comentario que sintetiza de alguna manera su posición: " La
educación como inducción al conocimiento logra éxito en la medida que hace
impredecibles los resultados conductuales de los estudiantes ."
Un balance final destaca tanto puntos fuertes como debilidades en el modelo por
objetivos. Uno de los aspectos que le dan fuerza al modelo consiste en subrayar, respecto
a algunos tipos de aprendizaje, que la claridad sobre los objetivos iniciales ayuda a
mejorar la práctica; sin embargo, la sola cla rificación de los fines no asegura el
perfeccionamiento y calidad del desarrollo del curriculum y de la práctica de la
enseñanza, pues entre otros, un requisito para elevar la calidad de la enseñanza es el
análisis y la crítica del maestro sobre su propia práctica, a partir de lo cual establece
criterios respecto a la misma; sin dicha reflexión, los objetivos más claros se opacan.
Otro punto fuerte con su contrapartida vulnerable es que el modelo por objetivos, por
pretender una respuesta pragmática a los pro blemas de administración educativa, logra
su cometido de funcionalidad al precio de homogeneizar los fines educativos de modo tal
que ofrece el mismo diseñó: para todos los tipos de aprendizaje. No quere mos terminar
este apartado sin señalar que el modelo por objetivos puede lograr buenos resultados en
algunas áreas, por ejemplo en: el entrenamiento de distintos tipos de destrezas o
retención de información centrada en datos.
Modelo de procesos
El modelo de proceso es respuesta al modelo por objet ivos puesto que pretende
flexibilizar el diseño de aquél tomando en cuenta las determinaciones importantes de la
naturaleza del conocimiento y del proceso de socialización en la escuela (curriculum
oculto) como las características del p roceso de aprendizaje de los alumnos (grupal o
individual). Desde este modelo se rechaza la idea de someter tanto los contenidos de la
cultura como las actividades de aprendizaje de los alumnos, a una especificación de
resultados traducidos en objetivos comportamentales. Al respecto dice Stenhouse (1987,
p. 172):
La forma pura de objetivos o modelo de Ingeniería es la que consiste en probar un currículo como
si fuese un producto con respecto a una especificación de objetivos para cuyo cumplimiento está
diseñado. La del modelo de proceso es la evaluación de las implicaciones de una propuesta que
posee un alto grado de flexibilidad, dentro de las limitaciones impuestas por un propósito definido
en sentido amplio.
Por lo mismo, la pregunta provocadora de este autor (p. 127) es:
La cuestión es la siguiente: ¿pueden quedar satisfactoriamente organizados el currículo y la
pedagogía mediante una lógica de medios -finés? ¿pueden resultar satisf echas las
especificaciones del currículo tal como las he planteado [,..] sin utilizar el con cepto de objetivos?
.
Las interrogantes del autor buscan hacer mella en nuestras creen cias, pues el modelo de
medios-finés nos ha acostumbrado a pensar que en el inicio de un diseño curricular están
los objetivos como si éstos fueran el techo y desde éste se co menzara a construir, hacia
abajo, toda la estructura curricular de un plan de estudio s. Por el contrario, "lo que está"
son otras cosas y sólo se están utilizando los objetivos como una manera de
representarlas. Una construcción del diseño como la anterior inmoviliza al con junto tal
como una fotografía y con ello se corre el riesgo de pen sar que los objetivos "son" el
curriculum (como forma) sin tener en cuenta todo lo que éste representa (como fondo).
De acuerdo con lo anterior pensamos que los modelos que destacan los procesos
curriculares son fundamentales para el ejercicio y uso de la comprensión, por parte de
maestros y alumnos, de la dinámica de las tareas de la enseñanza y del aprendizaje.
Existen posiciones respecto al currí culum que argumentan que tanto en las áreas
científica y humanística como en las artísticas, es posible seleccionar contenidos sin
mencionar los resultados esperados. Se considera que hay contenidos con un valor
intrínseco, es decir, un valor en sí, más allá de que "sirvan" para alcanzar un objetivo.
Esto significa someter a crítica el modelo medios -finés sobre el que se basa el modelo de
diseño por objetivos; recordemos que la posición en éste es que los conte nidos y las
actividades de aprendizaje son "medios" para alcanzar "fines". Por el contrario, muchos
estudiosos sostienen que los conocimientos valiosos para nuestra cultura aportan en sí
mismos los fines a lograr, por lo que no se les puede considerar meros instru mentos.
Para estos defensores del énfasis del contenido, "las discipli nas, es decir, los corpus
organizados de conocimientos son los medios a través de .los cuales se adquieren unos
.modelos de pensamiento; dicha adquisición-solo es posible mediante una interacción
directa del alumno con los mismos" (Coll, 1987,p58).
Lo anterior nos permite reafirmar que un campo de conocimiento, una d isciplina o,
simplemente, una teoría —pertenecientes a cualquier ciencia— poseen una estructura
(organización semántica-.y sintáctica) y, por lo tanto, poseen procedimientos, conceptos. y
criterios que presiden y forman: parte de esa estructura. La compren sión de la idea
anterior nos permite concebir el conocimien to humano como algo "vivo", producto del
pensamiento del hombre, pero, que también está en construcción; es decir, haciéndose.
Sólo captando los conceptos y su articulación, los procedimientos metodológicos y los
criterios de un campo de conocimiento se podrán percibir sus relaciones internas y
aprender ese universo, simbólico pleno de significados. Con respecto a lo anterior,
Bellock,(1973, pp. 254- , 255) presenta una aseveración de .; Bruner:
"El conocimiento es un modelo que nosotros construimos para dar significación y estructura a
las regularidades de la experiencia. Los conceptos organizadores de cualquier cuerpo de
conocimientos son invenciones para hacer que la experiencia sea económica y se halle
relacionada. Inventamos conceptos como el de la fuerza en física, ligadura en química; motivos
en psicología, y estilo en literatura, como medios para el fin de lograr .comprensión [...] La -
potencia de los grandes conceptos reside en gran parte, en el hecho de que ellos nos permiten
comprender y, algunas veces, predecir o modificar el mundo en que vivimos. Pero su potencia
consiste también en el hecho de que los conceptos pro porcionan instrumentos para la
experiencia."
Este énfasis puesto en la estruc tura del contenido de un 'curriculum se debe
complementar con los procesos intelectuales median te los cuales los alumnos asimilan el
contenido y lo organizan signi ficativamente en su estructura cognitiva; nos estamos
refiriendo a los procesos psicológicos mediante los cuales los alumnos aprenden de modo
significativo los contenidos curriculares. Esto nos lleva a reivin dicar no sólo los contenidos
como fuente proveedora de finalidades, sino además, las activida des de aprendizaje. El
argumento al respecto es que se pueden seleccionar actividades con un valor educativo
intrínseco. El formular objetivos basados en actividades y situaciones consideradas
valiosas en sí mismas nos acerca más aún al modelo de proceso, a la posibilidad de
derivar con mayor claridad los procedimientos para alcanzarlos, a diferencia de cuando se
apela al modelo por objetivos sólo centrado en re sultados. Lo anterior nos permite pensar
en la necesidad de que en un diseño se formulen objet ivos de proceso.
Por otra parte, el análisis anterior nos permite entender la diferencia entre los objetivos de
instrucción y los objetivos expresivos. Según Eisner (citado por Stenhouse), los primeros
son objetivos de ejecución (recordemos el concepto de objetivo conductual), pues
encaminan a todos los alumnos por igual hacia una conducta previamente determina da.
Por el contrario, los objetivos expresivos describen más bien una situación de
aprendizaje, identifican una actividad en la que se encon trará sumergido el aprendiz o un
problema que tendrá que resolver. En ningún caso, especifican lo qué tiene que aprender
el alumno en esa situación. La idea es que no se debe anticipar lo que aprenderá un
alumno sin haber llevado a cabo el aprendizaje. En sínt esis, un objetivo expresivo no
pretende determinar la conducta esperada en el alumno al término de su aprendizaje, por
lo que es abierto en cuanto a los resul tados probables y posibles, como ; interpretar el
pensamiento de Sor Juana Inés de la Cruz, anal izar la teoría de la relatividad, construir un
huerto familiar, etc. Como se puede apreciar, se enuncian propósitos, mas no se definen
de manera específica los resultados por obtener.
Algunos autores llamarán "currículo abierto" a este tipo de modelo, ' que no hace
referencias explícitas a una conducta terminal. Estos currículos se preocupan por
caracterizar las situaciones de aprendizaje, pero no por definir con precisión los
resultados esperados. ¿Lo anterior significa renunciar a la forrnula ción de
objetivos? De ninguna manera; a lo que se renuncia es a plantear objetivos conductuales
en términos de conductas observables; se opta por los objetivos expresivos, objetivos
heurísticos o principios de procedimientos, pues constituyen una alternativa a los
objetivos tradicionales.
Las reflexiones realizadas hasta aquí sobre el modelo de proceso nos conducen a una
pregunta obligada: ¿Cuál es el papel del maestro en el diseño? De acuerdo con los
críticos, en el modelo por objetivos el rol del maestro es ins trumental y su participación se
halla muy reducida por la naturaleza misma del modelo. En el modelo de proceso el
papel del maestro es preponderante puesto que el curriculum no está "acabado" cuando
finaliza el diseño; lo anterior significa que en realida d "se construye" durante su
desarrollo y aplicación: para esta construcción es vital la participación del docente.
En la posición del modelo por objetivos hay una idea básica: si el diseño "está terminado"
antes de iniciar su desarrollo a través de la práctica educativa, entonces el ma estro
fungirá como un operador del plan previo de la clase. Ahora bien, si el diseño es —como
sucede en el modelo de proceso— una guía elaborada para orientar y al mismo tiempo
incorporar, remarcar, adaptar o eliminar nuevos contenidos y actividades de aprendizaje,
entonces el rol del maestro reviste un carácter protagónico. Cabe señalar que lo deseable
sería plantear puntos de equilibrio entre ambas postu ras de acuerdo a contextos
institucionales concretos.
El modelo de proceso pone el énfasis en el "input"; es un modelo hipotético concebido a
partir del estudio de casos correspondiente a situaciones prácticas. Elmodelo por
objetivos pone el énfasis en el "output"; es un modelo de producción y describe un
repertorio de resultados posibles de aprendizaje; según Stenhouse, el razonamiento es
que si se siguen ciertos procedimientos, con materiales específicos, con un tipo particular
dé alumnado y ambiente escolar, los efectos tendrán a ser x.
En el balance de los pros y, los contras del modelo de proceso, debemos señalar que su
punto fuerte es él maestro—aunque también constituye su punto débil— como ya
indicamos, es un modelo donde diseño y desarrollo están estrechamente unidos; el
diseño no escindido de la aplicación, s ino que, por el contrario, tiene posi bilidades de
crecer y perfeccionarse cuanto más se reflexiona sobre la práctica, es decir, se parta de
ella y se vuelva a ella: la práctica deviene fuente de críticas, ratificaciones, rectificaciones,
fuente de intenciones y situaciones no previstas, etcétera.
Ahora bien, estas ideas no pueden avanzar en la realidad si se incorpora al maestro
como un mero ejecutor, en vez de como un profesional que toma decisiones antes,
durante y después del proceso de enseñanza-aprendizaje; de ahí que señaláramos que
el docente puede, ser el punto débil de este modelo. Es un modelo que exige mucho del
maestro, pero que al mismo tiempo, le brinda un mayor desarrollo profesional; ambas
cosas por la misma razón: en gran medida el docente realiza una tarea intelectual, tanto
al diseñar como al desarrollar el curriculum, tarea que requiere dominio del contenido,
elaboración de juicios, comprensión, conocimientos didácticos,
etcétera.
Modelo de investigación
Stenhouse es quien nos propone este modelo, en el que se busca comprometer aún más
al profesorado. En dicho modelo, el desarrollo del curriculum se constituye en una
investigación de la cual emanan permanentemente propuestas de innovación,
favoreciéndose así el diseño curricular.
Presentar algunas características de un modelo de diseño centrado en la investigación
ayudará a que el estudioso del diseño del currículum visualice esta perspectiva de
abordaje del curriculum
 El diseñador es percibido como un investigador; por lo mismo, el
curriculum que se. elabora es eva luado por su capacidad para hacer progresar el
conocimiento del investigador en aquella área del saber donde se ha planeado.
 El curriculum está pensado más en términos hipotéticos que en producto acabado;
debe permitir más la exploración y comprobación que la aplicación como un
producto terminado. De allí que el curriculum debe ser experimental, como
cualquier proyecto de investigación que plantea problemas, dificultades,
reflexiones, revisiones,- etcétera.
 El curriculum se plantea desde una perspectiva evolutiva, como la investigación de
problemas a solucionar, más que como un planteamiento de respuestas que
nunca
han sido estudiadas ni experimentadas.
 El curriculum debe recoger las variables contextúales de la escuela
y su ambiente.
 La participación del profesor es fundamental como base para el mejoramiento de
la enseñanza. No es suficiente que los maestros sean estudiosos; ellos mismos
deben estudiar su enseñanza.
Estas breves notas sobre la posi bilidad de enfocar el curriculum como un campo de
investigación y al maestro corno un protagonista vi tal pueden ayudarnos a formular
preguntas que estimulen en nosotros la capacidad investigadora:
¿Es posible-.incorporar a- nuestros currículos actuales, más preocupados por controlar
resultados que por indagar en el curriculum, algunas ideas sobre el modelo de
investigación?
¿Puede ser considerado el curri culum como una instancia para formular hipótesis y
comprobarlas, o habrá que-concebir la investigación como algo aparte del desarrollo
curricular y su evaluación?
¿Se puede realizar una investigación sobre el curriculum, ya como parte del desarrollo
que de dicho curriculum hace el maestro, ya como una indagación sobre un programa
con el que se tiene cierta distancia?
¿Es posible que el profesor mantenga y desarrolle él triple rol de enseñante,
investigador y evaluador del curriculum?.
¿Qué características deberá poseer el diseño curricular para concretar la idea de
investigar el currículum mientras ocurre el desarrollo de éste?
¿Qué procedimientos de investigación pueden utilizarse indagar en las actividades de la
enseñanza?